Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

La innovación es lo que distingue a un líder de los demás.

Steve Jobs

Creatividad e innovación. Muchas veces estos términos son utilizados casi como sinónimos; más aún, muchas de las mejores prácticas de gestión y de liderazgo nos invitan a ser más creativos, a innovar y a llevar estas prácticas con nuestros equipos de trabajo. Sin embargo, siempre surge la cuestión: ¿cómo empiezo?, ¿en qué innovo?

Creatividad e innovación, ¿son lo mismo?

Un primer paso es hacer la distinción entre ambos términos que están íntimamente relacionados. De manera general, se puede decir que ser creativo tiene que ver con la generación y desarrollo de ideas, mientras que innovar tiene que ver con la aplicación de dichas ideas en soluciones (productos o servicios) o en mejores formas de hacer las cosas. Creatividad e innovación son elementos interdependientes que, cuando son parte de una cultura organizacional, permiten potenciar los resultados y generar un ambiente de trabajo sano y proactivo, en el que el cambio se adopta con facilidad y las personas pueden participar y trabajar de diferentes formas añadiendo valor a los objetivos definidos.

Liderar la innovación no significa llegar con nuevas ideas o realizar ejercicios de creatividad. Significa crear e implementar algo que añade valor al proceso o a las funciones que se desarrollan en la organización. Por lo anterior, un líder de innovación deberá ser capaz de dirigir a su equipo para transformar las ideas en acciones y soluciones concretas. Su labor es afinar las ideas, dirigir la acción y generar servicios, productos o soluciones que inicien un cambio positivo y significativo.

Según un informe de McKinsey Global Innovation Survey, el 84% de los ejecutivos globales considera que la innovación es extremadamente o muy importante para el crecimiento de su empresa. Entonces, ¿cómo se puede innovar en una organización? Indudablemente, el liderazgo es la pieza fundamental.

Para fomentar una cultura de innovación, los líderes deben encontrar formas de promover y dar soporte a los esfuerzos que sus equipos realizan. Compartiremos contigo algunas de las mejores prácticas de liderazgo para fortalecer el nivel de aplicación de nuevas ideas.

Todos participan.

Para lograr que un proceso creativo sea sustentable y por tanto que genere innovaciones, se requiere de la participación de diferentes personas en todos los niveles de la organización. La generación o identificación de nuevas ideas puede darse en niveles operativos, pero también son importantes los tramos intermedios que llevarán esas ideas a su aceptación y homogenización en el proceso, así como los niveles directivos que fomentan el desarrollo y aplicación de estas ideas. Comprender las habilidades requeridas en los diferentes niveles para impulsar este proceso permite enfocar las responsabilidades de los líderes y reforzar la participación de todos los niveles. 

Generar un proceso.         

La innovación no puede ser una actividad aleatoria. Se requieren personas con una mentalidad abierta al cambio, creativa y orientada a los resultados, pero que a la vez sean capaces de estructurar y dar forma a soluciones, prototipos y formas de aplicación para las ideas que surjan. Aplicar una idea es un trabajo de equipo que involucra explorar, imaginar, diseñar e implementar nuevas formas de hacer las cosas, nuevas herramientas e incluso nuevas formas de ver las cosas. Cuando los líderes comprenden este proceso, están en una posición ideal para generar una estrategia de innovación y conformar equipos orientados a esta actividad.

Empoderar a los participantes.

Es un hecho que las ideas y nuevas aplicaciones pueden venir de cualquier persona. Sin embargo, es necesario crear un clima de confianza, apertura y comunicación que permita a estas innovaciones concretarse e incluso expandirse a otras áreas de la organización. Cada persona involucrada en el proceso necesitará herramientas, materiales y tiempo para concretar sus esfuerzos en elementos tangibles de alto valor. Es responsabilidad de los líderes asegurarse que el proceso cuente con estos recursos, dando el espacio adecuado para generar nuevas prácticas y procurando que se considere a personas con diferentes perspectivas, experiencia y visión del negocio.

Liderar la innovación significa crear e implementar algo que añade valor.

Efraín Zapata.

Innovar sin restricciones.

Uno de los factores que más rápido puede destruir el proceso de innovación es la generación de barreras y trámites burocráticos entre las diferentes áreas, equipos o niveles de una organización. Innovar requiere que las personas trabajen juntas, se influencien mutuamente, se conecten y colaboren entre sí, nutriéndose de sus diferentes estilos y perspectivas. Para fomentar un proceso de innovación realmente eficiente es importante trabajar a lo largo y ancho de la organización e incluso expandiéndose fuera de ella para incorporar y evaluar mejores prácticas o ideas de expertos en la materia.

Prueba, prueba, prueba.

Esperar a generar una solución o una herramienta perfecta puede retrasar el proceso de innovación meses o incluso años. Un concepto fundamental de la innovación es la generación de prototipos. Desarrollar un prototipo no significa tener la solución final, sino contar con una aplicación de la idea lo suficientemente desarrollado para realizar pruebas, verificar su funcionamiento y definir mejoras necesarias.

Un prototipo no necesariamente debe de ser un producto tangible. Para la innovación de procesos intangibles o de servicios es posible desarrollar modelos, procesos y guías de servicio que plasmen una nueva idea o perspectiva y permitan generar pruebas reales.

Las pruebas deberán iniciar tan pronto un prototipo tenga posibilidades de funcionar. Aunque en un inicio pueda tener muchas fallas, su observación y corrección será más rápida que seguir diseñando una solución sin aplicarla.

No temer al caos.

El caos generado por la implementación de una idea nueva puede ser muy positivo. Al cambiar la forma de hacer las cosas es previsible que las personas traten de aferrarse a las formas anteriores. Sin embargo, esa energía puede aprovecharse para encontrar áreas de oportunidad en la nueva forma de trabajo, mejorar los prototipos y alinear la cultura de un equipo o de la organización entorno a la flexibilidad y adaptación al cambio.

Incluso durante el desarrollo del proceso de innovación, es común que el equipo entre en un estado de caos, conflictos o visiones encontradas. Las paradojas y choques de ideas pueden ser un campo fértil para responder a las necesidades de aplicación siempre y cuando se tengan claros los objetivos por conseguir, se cuente con una comunicación clara y abierta y una persona del equipo funja como facilitador del proceso.

La innovación es imprescindible.

La enorme brecha que hoy se percibe entre el liderazgo, la importancia de innovar y la habilidad de la organización para generar un proceso altamente eficiente no tiene razón de existir. Cuando las organizaciones brindan el apoyo necesario a los líderes y personas de todos los niveles, promoviendo el desarrollo de conocimiento, experiencia y una visión de cambio y mejora continua, es posible sentar las bases para generar una cultura de innovación que perdure y reditúe en mejores soluciones para colaboradores y clientes.

Déjanos saber lo que piensas en los comentarios, comparte con tus amigos y no te olvides de seguirnos en nuestras redes sociales y suscribirte a nuestro newsletter mensual. Escucha también nuestro podcast para profundizar en estos temas y continúa con nosotros esta conversación en cualquiera de los canales que tenemos para ti.