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Los siete principios básicos de las personas productivas

Concéntrate en ser productivo en lugar de estar ocupado.

Tim Ferris.

 Tal vez hayas conocido a algún compañero de trabajo que parece tener una varita mágica, y a pesar de tener la misma cantidad de trabajo que los demás, parece resolverla más rápidamente que todos ellos y, por si fuera poco, con mejores resultados. Esto es lo que distingue a una persona altamente productiva. ¿Cuál es su secreto? ¿Puedo mejorar mi forma de trabajo para ser más productivo? La respuesta es un rotundo sí.

Jack Zenger y Joseph Folkman realizaron una investigación que involucró a siete mil personas productivas que fueron evaluadas por once colaboradores cercanos de mayor, igual y menor jerarquía en cuarenta y dos rasgos de conductas productivas. Como resultado de este estudio, los autores identificaron siete principios básicos que siguen las personas altamente productivas.  Veremos cada uno de ellos para que puedas aplicarlos en tu proceso de trabajo y con ello logres dar mejores rendimientos y alcanzar las metas que te propongas.

Se ponen metas retadoras

La gente altamente productiva tiene el hábito de plantearse retos que le lleven a probarse y mejorarse a sí mismo. Por ejemplo, se centran en un objetivo más amplio y dirigen sus esfuerzos a él, en lugar de hacer varias cosas pequeñas y ejecutarlas una a una. Aunado a ello, tienen una visión más sistémica de sus objetivos y plantean metas realmente trascendentes y con un propósito claro. Estas personas aprovechan la inercia y motivación que les da plantearse un objetivo amplio, y van tras él sin distraerse en otras cosas. El resultado es que desarrollan una a una cada actividad, pero no las ven como un fin, sino que saben que las están haciendo para conseguir algo más grande y significativo. Un objetivo retador, te invita a ampliar tu zona de influencia.

Son consistentes en su ritmo de trabajo

Una conclusión interesante del estudio de Zenger y Folkman es que las personas productivas en general mantienen un ritmo de trabajo altamente productivo por largos periodos de tiempo. Durante el trabajo no generan espacios de menor esfuerzo o resultados, no procrastinan ni buscan cumplir solo al acercarse la fecha límite. Las personas más productivas entregan resultados consistentemente, semana tras semana y mes tras mes. Generan una cadencia y un ritmo en su trabajo que los mantiene activos de forma constante.

¿Acaso esto significa que para ser productivo uno debe ser incansable y nunca dejar de trabajar? Por supuesto que no. Lo que esta conclusión muestra es que, aún en los espacios donde no hay una alta carga de trabajo, las personas productivas aprovechan el tiempo para encontrar nuevas y mejores formas de hacer las cosas; es el tiempo que ocupan para aprender, probar e innovar con miras en ser más eficientes y cumplir el objetivo más grande.

Adquieren conocimiento y experiencia

Pocas cosas complican la productividad tanto como la falta de conocimiento o experiencia. Cuando sabes lo que estás haciendo, no tienes que sacrificar calidad por velocidad. Puedes hacer las cosas bien y rápidamente, sin perder tiempo buscando en línea un tutorial o pidiendo ayuda a un colega. Aunque los profesionales más productivos no dudan en pedir ayuda cuando la necesitan, en realidad lo hacen con poca frecuencia y con cuestiones específicas.

Sin embargo, esto no quiere decir que las personas más productivas sean más inteligentes o sepan sobre cualquier tema. Lo que sucede es que la gente más productiva intencionalmente adquiere nuevas habilidades y trabaja para expandir su experiencia. Esto los ayuda a ser hábiles, exigentes y rápidos en su ejecución. La capacidad de aprendizaje constante se vuelve una gran ventaja para ser productivo, ya que va expandiendo poco a poco las habilidades de la persona y le permite poner en práctica nuevas ideas.

Llegan antes, más rápido, mejor

Las personas productivas están dispuestas a aceptar la responsabilidad de lograr los objetivos y a trabajar a un ritmo razonable para lograr los resultados esperados y tienen un gran deseo de lograr resultados antes, más rápido y mejor de lo que lo han hecho antes. Están encantados de poder verificar algo de su lista de cosas por hacer. Son competitivos, y compiten no con sus colegas sino consigo mismos. Les gusta establecer nuevos niveles de rendimiento y no tienen la necesidad de alardear al respecto, lo hacen para ser mejores. Sin duda alguna, las personas altamente productivas están orientadas a resultados.

Recuerda que la velocidad no está reñida con la calidad. Como observamos anteriormente, las personas productivas tienen en mente el objetivo mayor y por tanto no descuidan ninguno de los pasos que dan. Son conscientes de que acabar rápido un trabajo mal hecho no es ser productivo, sino desperdiciar recursos.

La gente altamente productiva tiene el hábito de plantearse retos que le lleven a probarse y mejorarse a sí mismo.

Efraín Zapata.

Anticipar y resolver problemas

Las personas más productivas son grandes solucionadores de problemas, ofrecen soluciones innovadoras y logran un trabajo más eficiente. Asimismo, el tener una visión más amplia que les permite visualizar y anticipar obstáculos, tomando las medidas necesarias para evitar retrasos. Los psicólogos sociales llaman a esta habilidad “contraste mental”. Pensar lo que se quiere lograr y lo que podría obstaculizar el resultado aumenta las posibilidades de éxito y minimiza las pérdidas de tiempo en imprevistos.

Tomar la iniciativa

Para muchas personas, la parte más difícil de hacer un trabajo es comenzar. Las personas más productivas comienzan rápidamente y nunca esperan que les digan que hacer. Como dice el dicho, prefieren pedir perdón que pedir permiso. De hecho, su predisposición a la acción puede ocasionarles problemas. Por ejemplo, podrían comenzar a ejecutar un proyecto antes de que todas las partes lo hayan aprobado. Sin embargo, sus jefes rara vez se quejan, porque sus resultados tienden a hablar por sí mismos.

Ser colaborativo

Hasta ahora puede parecer que describimos a una persona que es un trabajador individual brillante pero que no puede trabajar bien con los demás. Sin embargo, en las complejas organizaciones de hoy en día, alguien que actúa solo puede hacer muy poco, ya que todo es altamente interdependiente. Las personas más productivas son colaboradoras y trabajan bien con otros, ya que, como hemos visto anteriormente, no compiten contra los demás, sino contra ellos mismos.

El gran reto de las personas altamente productivas está en ajustar su propio ritmo con el de los demás de tal forma que el equipo no se sienta avasallado por un compañero que siempre parece ir tres pasos delante de ellos. Un colaborador altamente productivo deberá cultivar tacto y empatía para que sus compañeros lo vean como un recurso altamente valioso que no pretende competir, sino aportar y permitir al equipo ser más efectivo. Por otra parte, un líder altamente productivo deberá también sensibilizarse sobre las necesidades de equilibrio y velocidad de su equipo, cuidando sobre todo que el ritmo de trabajo no se vuelta tan vertiginoso que el objetivo global y el disfrute de realizar las funciones se pierdan.

La productividad no es casualidad

Hemos dicho al inicio, parecería que este tipo de personas lo hacen todo mágicamente. Todo lo contrario, como puedes ver, la alta productividad no es sino un conjunto de habilidades y hábitos que todos podemos adquirir y usar. Seguramente al leer este artículo has encontrado al menos una o dos conductas que ya tienes hoy. Comienza por estos puntos y conviértelos en fortalezas para ir desarrollando estos hábitos en tu diario vivir.

Te invitamos a llevar un registro del nivel de productividad que alcances conforme apliques y perfecciones cada uno de los consejos que hemos presentado. Estanos seguros de que gradualmente tu productividad se incrementará, verás materializados los logros que te fijes y crearás una sinergia que puede impulsar a tus compañeros a elevar su propia productividad.

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