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Comunicación efectiva: lenguaje no verbal

Tenemos micro señales que ocurren en nuestra cara todo el tiempo, de las que no somos conscientes.

Wendy Rose

 Lenguaje no verbal

En el artículo anterior de esta serie planteamos la importancia fundamental que tiene la habilidad para comunicarse de un líder. Asimismo, exploramos su capacidad para comunicar hacia los demás a través de sus palabras, es decir, su lenguaje verbal. Sin embargo, las palabras y la forma en las que la decimos son apenas la parte más superficial en la que un líder se comunica. Más allá de las palabras está todo lo que comunicamos sin hablar, es decir, el lenguaje no verbal. Toca el turno de explorar cómo está conformado este otro lenguaje y, sobre todo, conocer de qué forma lo podemos aprovechar para ser mejores líderes.

Nos comunicamos de forma no verbal de manera constante e incluso inconsciente. El lenguaje no verbal mantiene una estrecha relación con la comunicación verbal; sin embargo, mientras que al usar el lenguaje verbal podemos racionalizar las cosas y dar una respuesta pensada, el lenguaje corporal muchas veces nos delata. Se trata de un lenguaje más auténtico y natural que está más directamente conectado a nuestras emociones que a nuestro pensamiento. Por lo mismo, el lenguaje no verbal puede ampliar enormemente el significado de un mensaje e incluso ayudarnos a identificar disonancias e incongruencias en la persona que los emite.

La relevancia del lenguaje no verbal

Pese a la importancia que solemos atribuir a la comunicación verbal, entre un 65% y un 90 % de la comunicación con los demás la realizamos a través de canales no verbales. Para comunicarse eficazmente, los mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí.

Esto significa que tenemos que ser congruentes: nada más obvio que pensar en una persona que dice que se la está pasando genial en una reunión social, pero cuya cara larga y falta de entusiasmo le delatan. Para lograr esta integridad debemos estar vigilantes de elementos como la corporalidad, gesticulación y proxémica tanto propia como de la persona con quien hablamos.

Los componentes de la comunicación no verbal

Corporalidad

En el contexto de comunicación, la corporalidad se refiere a la postura y orientación de nuestro cuerpo durante una conversación. Entre los elementos del lenguaje no verbal, tal vez aquél sobre el que tenemos menor conciencia es la postura. Ésta varía con el estado emocional y no es tan controlable como, por ejemplo, el tono de voz o nuestra expresión facial. La disposición de nuestro cuerpo y sus partes en relación a la otra persona podrá determinar elementos como el nivel de comodidad con la conversación, la confianza, el respeto y la intención de nuestro discurso.

Gesticulación: Expresión facial

La cara es una zona de comunicación especializada que utilizamos para comunicar emociones y actitudes. Se trata del principal sistema para mostrar emociones complejas y es la referencia visual durante una conversación. Por su rapidez, la expresión facial nos muestra mucha información sobre si la otra persona está comprendiendo, si está sorprendido, si está de acuerdo, o confundido. También nos puede dar pistas sobre el estado emocional de la otra persona y su actitud hacia otras personas o las ideas que se están expresando.

Dentro de la gesticulación, la mirada merece una mención especial, ya que a través de los ojos podemos expresar un sinfín de mensajes, casi constituyendo un lenguaje por derecho propio. La mirada cumple una importante función al momento de comunicar actitudes interpersonales y de instaurar relaciones. El establecer o no contacto visual puede cambiar enteramente el sentido de una situación o una frase. Por todo esto, se ha llegado a decir que los ojos son el reflejo del alma.

Durante una conversación, la mirada nos ayuda a regular el flujo de comunicación entre los interlocutores, recoger información valiosa del otro, sentir el efecto de nuestra comunicación en los demás, medir el grado de atención mostrada por el otro e indicar el grado de implicación y compromiso con lo que se dice o se hace, entre muchas cosas más.

Proxémica

Con el término de proxémica se denomina a la utilización del espacio personal, social y físico en el que se efectúa una conversación. Uno de los elementos más fácilmente observables en el uso de la proxémica es la distancia de interacción que tenemos en una determinada conversación. Aunque estas distancias exactas pueden variar según el contexto, la persona y la cultura, Edward Hall identificó cuatro zonas de interacción generales.

Íntima: hasta 45 centímetros. Es la distancia apropiada para conversar íntimamente, expresar confidencias y cultivar relaciones de pareja. A esta distancia la comunicación no verbal se ve enriquecida con elementos como el tacto, el olor, la temperatura corporal, etc.

Personal: de 45 a 120 centímetros. Es una zona de proximidad y confianza, apropiada para conversar asuntos personales o laborales entre dos o tres personas. A esta distancia cobran máxima relevancia la gesticulación y la mirada. Elementos como el tono de la voz pueden ayudar a detectar sutilezas como el sarcasmo o muestras de humor.

Social: de 1.20 a 2.00 metros. Es una zona neutra en la que se puede tener conversaciones en grupos pequeños o con personas con quienes aún no se ha consolidado un contexto de confianza. En esta distancia además de la gesticulación, la corporalidad juega un papel importante.

Pública: más allá de cuatro metros. Esta es una zona más impersonal, apropiada para pronunciar discursos a grupos grandes o realizar presentaciones para varias personas. A esta distancia la corporalidad y volumen de la voz toman un papel relevante, mientras que la gesticulación, el tono y el ritmo pueden ser útiles para generar énfasis.

Una derivación importante de la proxémica es la kinestésica (o cinética). Esta palabra se refiere a la utilización del espacio en la que la persona se desenvuelve. Por ejemplo, cuando estamos haciendo una presentación en una sala de juntas, tal vez tengamos un espacio de un par de metros en los cuales nos podremos mover. Por otra parte, cuando se da un discurso, por ejemplo, podemos pensar en un espacio más amplio ya que estaremos hablando para un mayor número de personas. Utilizar el espacio de forma adecuada es todo un tema en sí mismo, pero vale la pena resaltar lo obvio: utiliza tu espacio y no te quedes inerte en un solo punto.

Comunícatede manera efectiva

La comunicación es un tema no sólo muy interesante, sino también muy amplio. A través de estos dos artículos hemos apenas rasgado la superficie de los elementos que un líder debe tener en cuenta para tener una comunicación efectiva con su equipo de trabajo y lograr mejores resultados. Asimismo, recuerda que la comunicación es la herramienta más importante que tienes y que poner atención en los detalles te llevará a transmitir más eficazmente tus mensajes y a tener una influencia mayor en tu entorno.

¿Qué ajustes harás para comunicarte más eficientemente? Déjanos saber lo que piensas en los comentarios, comparte con tus amigos y no te olvides de seguirnos en nuestras redes sociales y suscribirte a nuestro newsletter mensual. Escucha también nuestro podcast para profundizar en estos temas y continúa con nosotros esta conversación en cualquiera de los canales que tenemos para ti.