Una constante en las organizaciones es que cada área e incluso cada individuo antepone su forma de trabajo como la mejor forma de hacer las cosas. Cuando esta situación se agrava pueden surgir conflictos, disminuir la comunicación y tener una interacción accidentada.
Este fue el caso de la sede mexicana de una compañía farmacéutica internacional. Junto con ellos se identificó la necesidad de definir y parametrizar comportamientos clave para conformar un modelo de competencias medible y fácil de entender para sus colaboradores. El contar con una serie de comportamientos que den identidad a la forma de trabajo que se quiere fomentar permite contar con una cultura y lenguaje común, así como asegurar la alineación y fortalecimiento de la cultura organizacional.
Cliente: Empresa farmacéutica de más de 1,000 colaboradores.
Necesidad: Unificar la forma de trabajo y definir competencias medibles.
Solución: Modelo de competencias alineado y parametrizado.
Beneficios: Se homologaron las expectativas de comportamiento, se mejoró la comunicación e interacción entre áreas y equipos, se fortaleció la cultura organizacional y se aprovechó la información para la evaluación de habilidades suaves de los colaboradores y subsecuentes planes de desarrollo.